Propiedades y beneficios de las Almendras
Originarias del clima mediterráneo de Oriente Medio, las almendras (conocidas alternativamente como Prunus amygdalus o Prunus dulcis) están en el punto de mira desde hace algunos años. Estos frutos secos son famosos por sus increíbles beneficios para la salud, siendo sin duda fantásticos complementos de una dieta sana y equilibrada.
Las almendras todavía pueden encontrarse de forma natural en la naturaleza, pero es mejor consumir sólo los frutos de las variedades domesticadas porque las almendras silvestres no sólo son muy amargas, sino también venenosas.
Almendras domesticadas y silvestres
Básicamente, las semillas silvestres tienen una sustancia llamada amidgalina que se convierte en ácido prúsico (o cianuro). Si se ingiere, el ácido prúsico es mortal para cualquier ser vivo.
Además, otra razón para consumir sólo almendras de especies domesticadas y evitar las que crecen libremente en la naturaleza es que las procedentes de árboles domesticados están sometidas a estrictos controles que impiden la comercialización de almendras contaminadas con aflatoxinas, un tipo de toxina con efectos cancerígenos.
Las almendras regulares son especialmente cultivadas para un consumo seguro y una excelente fuente de nutrientes, como verás más adelante en el artículo.
✪Beneficios de las almendras

Datos nutricionales y beneficios de las almendras
En primer lugar, las almendras son una fuente de ácidos grasos Omega-3 y Omega-6, compuestos esenciales que nuestro cuerpo necesita para funcionar correctamente, pero que no puede producir por sí mismo. Tanto los ácidos grasos Omega-3 como los Omega-6 son supernutrientes esenciales conocidos por reducir eficazmente los niveles de colesterol y, según numerosos estudios científicos, por disminuir significativamente las tasas de mortalidad en personas que padecen enfermedades cardíacas.
Los nutricionistas recomiendan encarecidamente incluir ácidos grasos esenciales en nuestra dieta, y las semillas y los frutos secos crudos, como las almendras, son, con mucho, una opción saludable para nuestras arterias.
Otra razón por la que las almendras son especialmente saludables es su contenido en antioxidantes. El ácido elágico y el ácido gálico son dos fitoquímicos extremadamente potentes que se encuentran generosamente en las almendras, con fuertes efectos antioxidantes. Los estudios demuestran que el consumo de alimentos ricos en ácido elágico y gálico ofrece una gran protección contra numerosas formas de cáncer.
Además, se sabe que el ácido elágico induce la apoptosis o muerte celular en las células cancerosas existentes en las pruebas de laboratorio, por lo que actualmente se está estudiando intensamente con la esperanza de convertirlo en un tratamiento anticanceroso eficaz.
La vitamina E es otra potente sustancia antioxidante presente en las almendras. Un poco más de 100 g de almendras frescas le proporciona dos veces la cantidad diaria que su cuerpo necesita. Como ya sabrá, la vitamina E es el secreto para conseguir una piel espléndida, ya que ayuda a las células de la piel a retener la humedad para una mejor hidratación.
Y lo que es más importante, la vitamina E actúa como un potente antioxidante, ya que limita la producción de radicales libres en nuestro organismo y, por tanto, nos protege de desarrollar graves enfermedades crónicas relacionadas con los radicales libres.
Esto significa que las almendras son el secreto tanto de la belleza como de la buena salud.
Además, las almendras son una maravillosa fuente de vitaminas del grupo B. La riboflavina, la niacina, el folato, la tiamina, el ácido pantoténico y la piridoxina mantienen unos niveles de energía saludables al favorecer el metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas.
Además, son especialmente ricos en minerales como el cobre, el manganeso, el magnesio, el potasio, el fósforo, el hierro y el zinc. El cobre es esencial para un crecimiento normal, ayuda a almacenar hierro y a fortalecer los huesos, favorece la actividad de la glándula tiroides, tiene efectos antioxidantes, fuertes propiedades curativas y antimicrobianas.
Si echas un vistazo a la tabla nutricional anterior, verás que 100 g de almendras frescas pueden proporcionarte todo el cobre que tu cuerpo necesita, lo que significa que puedes disfrutar de todos estos maravillosos beneficios para la salud que aporta.
El magnesio apoya la acción del calcio y del potasio, lo que significa que es el requisito previo para tener unos huesos fuertes y sanos y unos músculos sanos, ¡incluido el corazón! Por último, pero no menos importante, el zinc es esencial para un sistema inmunitario fuerte.
Además, las almendras contienen ricas cantidades de fibra dietética que no sólo protegen el colon de la sobreexposición a los desechos, sino que también son muy eficaces si se planea perder peso. Considero que las almendras son extremadamente útiles para prevenir y aliviar el estreñimiento y uno de los mejores alimentos para las hemorroides.
La fibra que se encuentra en las almendras, así como otros potentes compuestos naturales (esteroles vegetales, para ser exactos), reducen eficazmente los niveles de colesterol, lo que hace que las almendras sean increíblemente saludables para nuestro sistema cardiovascular.
Sin embargo, es mejor prestar atención cuando se comen almendras por primera vez porque pueden ser alergénicas o puede que su cuerpo no esté de acuerdo con ellas.
Si no presentas ningún síntoma de alergia, entonces eres increíblemente afortunado porque las almendras son uno de los alimentos más saludables del planeta y lo mejor es que son fácilmente accesibles en muchos países del mundo.
¿Qué más se le puede pedir a un fruto seco? Además de ser extremadamente ricas en vitaminas y minerales, tienen increíbles propiedades antioxidantes y pueden aportar una amplia gama de potentes nutrientes con grandes beneficios para la salud, como los ácidos grasos esenciales Omega-3 y Omega-6.
El aceite obtenido de las almendras es un maravilloso emoliente y se utiliza en aromaterapia, así como en productos cosméticos y farmacéuticos. La harina de almendras es un gran sustituto para los celíacos y los sensibles al trigo. En definitiva, las almendras tienen propiedades y beneficios sorprendentes para la salud, por lo que se recomiendan de todo corazón como parte de una dieta sana y equilibrada.
Almendras y aflatoxinas
Sin embargo, todavía existe la preocupación por la presencia de aflatoxinas en las almendras y subproductos como la mantequilla de almendras (y otros frutos secos como las nueces o los cacahuetes).
Las aflatoxinas son esencialmente toxinas producidas por varias cepas de hongos patógenos, concretamente Aspergillus flavus, pero también Aspergillus parasiticus, Aspergillus niger y Aspergillus monius. Las aflatoxinas son patógenas tanto para los seres humanos como para los animales domésticos y pueden contaminar una gran variedad de alimentos, desde los frutos secos hasta los productos básicos como el maíz y otras semillas de cultivo, pero también la leche y los productos lácteos.
Hay seis tipos de aflatoxinas: B1, B2, G1, G2, M1, M2, las dos últimas presentes en la leche y sus subproductos.
De los seis tipos, la aflatoxina B1 es un carcinógeno conocido, con investigaciones que la relacionan con la aparición de cáncer de hígado. Sin embargo, la G1 y la M1 también son agentes cancerígenos potenciales.
Se ha descubierto que las aflatoxinas están presentes en la mayoría de las variedades de frutos secos, incluidas las almendras, y se desarrollan en presencia de humedad que alimenta el crecimiento del hongo. La mayoría de los países desarrollados tienen normas muy estrictas para controlar el nivel de aflatoxinas en los frutos secos y otros alimentos.
Gracias a estos controles, el contenido de aflatoxinas en las almendras está estrictamente regulado y se evita que los lotes contaminados lleguen al mercado y a los consumidores.
Sin embargo, todavía es posible que haya trazas de esta toxina en las almendras, a pesar de los esfuerzos de procesamiento para eliminarla.
Aunque estas pequeñas cantidades no suponen ningún riesgo inmediato para la salud de los consumidores, actualmente se desconocen los efectos a largo plazo de la exposición a trazas de aflatoxinas.
Según los informes oficiales, se cree que las almendras picadas son las que presentan un mayor riesgo de contaminación, mientras que la harina de almendra se considera la más segura debido a los métodos de procesamiento con los que se obtiene.